jueves, 25 de marzo de 2010


Me conviene un cambio de chip, si, eso es.
Algo repentino que me cambie la vida por completo, que me haga ver las cosas de otra manera, que cambie mi forma de pensar, que no me preocupen tanto las cosas.
Parezco un niño, rodeado de gente más sola que nadie, en la más inmensa soledad.
Sin saber que hacer, donde ir, ni nada.
¿Qué hago? Me busco la vida, despierto de esta pesadilla y me doy la vuelta hacia el lado izquierdo, me estremezco y para cuando me doy cuenta ya estoy dormido.
¿Qué es esto? ¿Qué hago aquí?
En el suelo desperdigado, con una botella de vodka entre las manos, mi ropa perdida por todo el pasillo y colillas de tabaco invadiendo todo el cenicero y la alfombra, yo semi-desnudo.
Mierda, me han vuelto a dejar solo, Vaya noche la de ayer... Que dolor de cabeza, calambres en la tripa,parezco un zombie. Pero en fin, todos sabemos que es estar un domingo con los cinco sentidos ausentes.
Noches alegres, mañanas tristes.

Ann!

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